Isabel Blanco
A la puerta de un banco se acercan desde microempresas a grandes compañías cotizadas en busca de financiación. Las primeras directamente la encuentran cerrada en estos momentos y aunque los grandes grupos industriales del país tienen un mejor acceso, este año han optado por llamar a otro tipo de puertas.
Las mayores cotizadas de la bolsa española han reducido su dependencia de la banca, mientras que la financiación en el mercado de capitales se ha incrementado diez puntos porcentuales en 2013, hasta porcentajes desconocidos en el mercado español. Los bonos, pagarés y el resto de activos de renta fija que emiten las grandes compañías suponen ya casi el 67 por ciento de su deuda. O lo que es lo mismo, dos de cada tres euros se han captado en mercado.
Tradicionalmente, España es un país en el que las empresas financian su crecimiento principalmente a través de préstamos y créditos bancarios. Pero la crisis ha obligado a buscar vías alternativas y el mercado se ha convertido en el mejor aliado este año. Los inversores han mostrado apetito por la deuda corporativa, la que emiten las empresas, y esto ha permitido a las compañías tener acceso a esta fuente que hace solo un año no empleaban tan habitualmente.
Hasta septiembre de 2012, las seis mayores cotizadas españolas con deuda en sus balances -Telefónica, Iberdrola, Repsol, Endesa, Gas Natural y Abertis (no se incluye Inditex por tener caja)- financiaban de media un 56 por ciento de sus compromisos financieros mediante emisiones de renta fija. Un año más tarde, todas ellas se han redirigido más hacia el mercado. El mayor salto lo ha protagonizado Abertis. La financiación no bancaria ya representa un 64 por ciento para la compañía que preside Salvador Alemany, mientras que en 2012 más de la mitad era deuda con entidades financieras (en concreto, un 56 por ciento frente al 44 por ciento en mercado).
Desde Abertis explican que han tratado de "aprovechar las ventanas de oportunidad" para financiarse con cupones competitivos. La compañía, de hecho, se apuntó en junio la colocación más barata de bonos a 10 años que ha conseguido una española en 2013, al pagar un 3,75 por ciento.
Pablo González, consejero delegado de Ábaco Capital, explica que la preferencia por esta fuente frente a la tradicional bancaria es claramente un tema de costes. "El mercado ofrece mejores condiciones. La liquidez en el mercado ahora es enorme y cada vez hay menos exigencias en los tipos de interés o en los ratings", señala el experto.
No sólo Abertis, éste ha sido un año en el que algunas compañías han logrado financiación a costes históricamente bajos gracias a que los inversores, en un contexto de intereses a la baja, están dispuestos a comprar deuda corporativa incluso aunque las empresas les ofrezcan cupones más bajos.
Un cambio estructural
En sólo un año, Repsol ha reducido su financiación bancaria a más de la mitad. En la petrolera supone ahora el 6,5 por ciento, frente al 18 por ciento del año pasado. Por el contrario, el porcentaje de financiación en mercado ha crecido en diez puntos, hasta el 79 por ciento, con lo que se ha convertido en la compañía española que más recurre a los inversores entre las grandes cotizadas (ver gráfico).
Iberdrola también continúa reduciendo su dependencia bancaria y un 75,8 por ciento de su financiación es en mercado -el año pasado era un 71 por ciento-. La mayoría de emisiones se cerraron en la zona euro, aunque también tiene financiado casi un 30 por ciento en otros mercados.
En Telefónica han ganado peso los bonos y obligaciones con los que la operadora se financia, de forma que ya suponen el 71 por ciento de su deuda financiera, después de que este año haya captado 7.390 millones de euros a través de colocaciones de diferentes tipos de deuda y en distintas divisas.
"Es muy positivo que se reduzca a nivel general esta dependencia de la financiación bancaria, favorece una gestión más eficiente y profesional de los recursos financieros, y de la deuda", indica Félix González, socio director de Capitalia Familiar. "En cualquier otra economía desarrollada el recurso al crédito bancario por parte de las grandes empresas era y es mucho menor que en España", añade el experto.
Hay excepciones entre las grandes cotizadas, como Endesa, donde las líneas de crédito todavía son el sustento principal, al ser el 54 por ciento. Es más, la eléctrica no ha realizado ninguna emisión este año, aunque en su caso también se ha reducido la dependencia desde el 70 por ciento por la reducción de deuda que ha implicado la titulización del déficit de tarifa.
La que sí ha sido muy activa este año en cuanto a emisiones de deuda ha sido Gas Natural y el resultado es que ha elevado su financiación en mercado desde el 60 por ciento de septiembre de 2012 al 65 por ciento actual.
Este año se ha dado, por tanto, un paso hacia una dirección que parece de no retorno. "Las compañías se han dado cuenta de la necesidad de diversificar sus fuentes de financiación. En pleno proceso de desapalancamiento de los bancos este movimiento continuará", opina Ignacio Méndez, de Mirabaud.
No hay que olvidar, además, que a los bancos también les interesa no ser los únicos que nutran de dinero a las grandes empresas. Al menos de momento, en el corto plazo les beneficia. "Les soluciona un problema, ya que no engordan el balance ahora que hay más exigencias de capital y, al mismo tiempo, participan como colocadores en las emisiones", apunta un experto que prefiere no ser citado.
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