Los ETFs o Exchange Traded Funds son fondos cotizados
en Bolsa que combinan las mejores características de los fondos de inversión
tradicionales y las acciones y otros
productos cotizados en los mercados financieros (derivados, materias primas, divisas,
renta fija, ect). En términos generales, los ETFs constituyen una cartera de
títulos (acciones, bonos, materias primas, etc.), cuyo objetivo es replicar la
rentabilidad de un determinado índice de mercado.
Se negocian en un mercado de
valores, como las acciones y demás productos financieros cotizados. Por
ello, una de las principales ventajas
que ofrecen los ETFS es el hecho de
poder operar en ellos a lo largo de la sesión bursátil, sin tener que esperar
al cierre del mercado para conocer el valor liquidativo del fondo replicado.
Existen distintos tipos de
ETFs: aquellos que replican el comportamiento de un fondo de inversión, un
sector, una clase de activo, etc.
Podemos reseñar como características principales de los ETFs las
siguientes:
- Su accesibilidad, es decir que es tan fácil comprarlos y venderlos como las acciones.
- Su agilidad, es decir, se puede invertir en ellos en cualquier momento dentro de la sesión bursátil.
- Su transparencia, ya que al replicar a un subyacente podrmos conocer exactamente su política de inversión, su solidez y consistencia, así como el detalle de su cartera en todo momento. Los ETFS son productos financieros muy utilizados hoy en día por los inversores institucionales.
- Su liquidez, ya que los ETFS cotizan en mercados bursátiles y cuentan con la liquidez que aportan los emisores financieros ofreciendo siempre contrapartida para los precios de compra y venta.
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